Quien es un fatalista? Esta palabra tiene cierta popularidad, por lo que puede escucharse en conversaciones o encontrarse en la literatura. Sin embargo, hoy en día no todos conocen el verdadero significado de este término.
En este artículo te contamos qué significa este concepto y en relación a quién conviene utilizarlo.
¿Qué significa el fatalismo?
Traducido del latín, la palabra "fatalismo" significa literalmente - "determinado por el destino".
Un fatalista es una persona que cree en la inevitabilidad del destino y la predeterminación de la vida en general. Él cree que dado que todos los eventos ya están predeterminados, una persona ya no puede cambiar nada.
En el idioma ruso hay una expresión que se acerca en su esencia al fatalismo: "qué ser, eso no se puede evitar". Así, el fatalista explica todos los acontecimientos buenos y malos por la voluntad del destino o de poderes superiores. Por tanto, se exime de toda responsabilidad por determinados incidentes.
Las personas con esa posición en la vida suelen seguir la corriente, sin intentar cambiar drásticamente o influir en la situación. Razonan así: "Bueno o malo pasará de todos modos, así que no tiene sentido intentar cambiar algo".
Sin embargo, esto no significa que un fatalista, por ejemplo, comenzará a pararse en las vías mientras espera un tren o abraza a una persona con tuberculosis. Su fatalidad se manifiesta más bien en un sentido más amplio: en la actitud misma ante la vida.
Tipos de fatalismo
Existen al menos 3 tipos de fatalismo:
- Religioso. Tales creyentes creen que el Señor predeterminó el destino de cada persona, incluso antes de su nacimiento.
- Lógico. El concepto proviene de las enseñanzas del antiguo filósofo Demócrito, quien argumentó que no hay accidentes en el mundo y todo tiene una relación de causa y efecto. Los fatalistas de este tipo creen que todos los eventos están interconectados y no son accidentales.
- Pesimismo cotidiano. Este tipo de fatalismo se manifiesta cuando una persona experimenta estrés, agresión o se encuentra en una situación desesperada. Por sus desgracias, puede culpar a personas, animales, fuerzas de la naturaleza, etc.